Estaba tomado el te con Vivi, una amiga-no-tenista cuando me llamó Marcela, mi compañera de dobles.
“Loly ¿estás mejor?”
“Mirá, ya no puedo más. O lo dejo definitivamente, o termina por abandonarme”
Mi-amiga-no-tenista, me miró desorbitada y yo le respondí guiñando un ojo.
“Mejor hablamos despues que ahora estoy con una amiga”
“Bueno Vivi ¿en que andábamos?”
“Loly te estaba contando de mi nuevo trabajo… pero ya no tiene importancia frente a lo tuyo…”
“¿Lo mío?”
“Loly no disimules mas, escuche todo… ¿vas a dejar a tu marido? Y a esta altura de tu vida? con los chicos? una familia formada? BLABLABLA….
“Para gorda PLEASE! ¿te volviste loca? ¿De que estas hablando????
"Loly o lo dejas o te deja. ESO dijiste”
“Ah!!!!! Pero me refería al tenis!!! JAJA”
“Loly confía en mi”
“Obvio que confió y te juro que me refiero al tenis!”
“Loly se que es difícil pero ahora me cierra todo y me siento mal por no haberme dado cuenta antes para ayudarte a recomponer tu matrimonio: esos viajeciiiitos para jugar al tenis, esos torneitos de toooodo el día, tu obsesión por el gimnaaaasio…”
“Gorda Sorry insisto en que te volviste loca. Yo adoro a mi muñecote pero el tenis me enloquece....tendrías que jugar para entender como te transforma y las cosas que las tenistas somos capaces de hacer!
“Ok me queres desviar del tema... Te entiendo..solo acepta este consejo:disimula mas”
“Bueno Vivi, lo voy a pensar” le dije para terminar con esta charla de locos (de locas mejor dicho).
La verdad es que me hubiese encantado encontrar la forma de explicarle (y que me entienda), que me deprime tanto jugar tan mal al tenis que en cualquier momento lo dejo (al tenis) o él (el tenis) termina por dejarme a mi. Tengo la teoría de que el tenis es exitista. Si no ganás te abandona. Pero bueno, eso se los cuento otro día.
Lo que realmente me hizo pensar la charla con Vivi, es que ciertamente nosotras-las-tenistas, tenemos un comportamiento un tanto extraño provocado precisamente por el tenis. Por eso nos reconocemos y nos agrupamos. Y por supuesto nos comprendemos, a la manera de una cofradía. Si, si, una cofradía de mujeres tenistas.
Quien de nosotras no hizo malabares para retirar a nuestros hijos a tiempo a la salida del colegio o para concurrir a una reunión de padres, a los que llegábamos tarde-raqueta al hombro y-transpiradas, culpando al transito, a la barrera baja o dando cualquier otra excusa que se nos ocurría?
Quien de nosotras no hizo arreglos descabellados sin importar marido, pareja, hijos, para no perderse un torneo o simplemente para disfrutar el partido con “las chicas”?


Quien de nosotras no pasó más horas de viaje entre ida y vuelta a un club, para jugar un partido en el que nos liquidaron en 1 hora con peloteo incluido?

Quien de nosotras no tiene “esa anécdota” inolvidable propia o ajena que nos hace morir de risa aunque la hayamos escuchado 100 veces?


Quien de nosotras no encontró en el tenis consuelo ante un problema o dolor?

Solo nosotras-las-tenistas, que amamos el tenis, que nos divertimos y sufrimos con él, y que elegimos cada día este deporte, entendemos esta linda locura que el mismo genera.
¡¡
Viva la cofradía de mujeres tenistas!!!

Hasta la próxima girls.
Loly, una tenista desesperada ©