Saque la partida de nacimiento de mi cartera (porque desde que visité a Kelo la llevo encima por las dudas) y lo llamé al toque. “Kelo si, nací a las 20.30 ¿Cuándo está lista mi carta?”
“Paciencia Loly, esto lleva su tiempo… no antes de un mes”
“¿y qué hago mientras tanto Kelo? Solo pienso en los planetas, en la sombra que me persigue. El libro que me diste me confunde cada vez más. Pleeeeeease decime que hago, no soporto tanta ansiedad. Te das cuenta que por fin voy a saber quien soy dentro y fuera de la cancha!!”
“Vos misma tenes la respuesta Loly: hace lo que más te gusta… jugá al tenis y divertite… En unos días hablamos”
Así que llame a Marcela Canika y le propuse anotarnos en el torneo del country vecino. Tenis, terceros tiempos con amigas ¡qué más podía pedir!
Y como si el universo leyera mis pensamientos, descubrí que siempre se puede pedir algo más.
Sobre todo tratándose del tenis.
En este caso concreto chicas, lo que más deseé es un reglamento. De tenis y de conducta deportiva. Y un árbitro! Sí, que lo conozca y lo haga cumplir…
Estábamos en el peloteo del primer partido, súper alegres y divinas las cuatro. Una de las chicas contrarias se acerca a la red y nos dice sonriente: “En caso de dudas hacemos dos ¿si?” “Obvio!” respondemos al unísono (sin sospechar en ese momento el- peso- de- esa-pregunta-y-nuestra-respuesta).
Hacemos el sorteo, ganan las contrarias y eligen lado. Nos tocó la sombra (Si, las canchas están ubicadas en medio de una arboleda soñada que dan sol y sombra ¡lo pueden creer!). Mal augurio pensé para mis adentros, el tema de la sombra me persigue y yo sin la carta natal…
Comenzamos el juego y en el primer game del primer set, estando nosotras sacando 15-40 abajo, una de las rivales canta mala una pelota buenísma. Marcela y yo sorprendidas le pedimos el pique tan seguras estábamos de lo buena que fue.
“Sorry gordita, el pique fue por acá –señala haciendo un circulo con su raqueta- pero tengo dudas. Y quedamos que en caso de dudas hacemos dos”
“Si –le responde Marcela- pero primero mostranos el pique”
“Sorry -insistió, tengo dudas. Hacemos dos”
“Pero nosotras no tenemos ninguna duda, te podemos mostrar el pique”, remató casi on fire Marcela
“Chicas si no tienen voluntad no se puede jugar al tenis. Esto es simple, de mi lado canto yo y tengo dudas. Así que van dos”
Somos unas ladies, pero esta situación nos sacó de las casillas. Mejor dicho, solo a Marcela y a mi. A la compañera de la voz-cantante-rival, la situación la puso en estado de alpha y se sentó en el banco a esperar una solución divina, porque entre nosotras tres no la encontrábamos.
“Chicas por favorrrrrrrrrrr jueguen y dejen jugar” - nos suplican desde la cancha de al lado-
“ Llamen a un arbitro!!”
Coincidimos las cuatro por primera vez en 20 minutos y como así como de la nada y como si estuviera orquestado entró corriendo a nuestra cancha la árbitro. “¿Ok chicas como van?”
“Las chicas están sacando 15-40 en el primer game, hubo una pelota dudosa y no nos ponemos de acuerdo”, ya-se-imaginan-quien respondió.
Marcela y yo nos agarramos de la mano para contenernos, pero se me escapó de la boca “Eso no es así!! VOS tenes dudas gorda, nosotras marcamos el pique y…”
“Y se hacen dos. Como corresponde”, sentenció la arbitro.
La dubitativa nos dedicó una sonrisa triunfante al tiempo que preguntaba “¿listas chicas?”
Ganaron ese game y los cuatro siguientes.
“Marce no me puedo concentrar, no soporto el bad play”
“Yo tampoco Loly, tratemos de no engancharnos y concentrémonos en el partido”
Tenía razón ¡nos pusimos 2/5! “Cambio de lado que bueno me toca sacar del sol Marce!” “Ay gordita quien te entiende durante años pediste sacar de la sombra…” Claro, todavía no le conté a mi amiga sobre mi nuevo astrólogo y la sombra, pero bueno, ahora no es momento de distracciones, pensé un poco culposa.
30/0 arriba. Pelota de Marce profunda al medio de las contrarias.
“Nooo!”, gritaron ambas desde la red, demostrando un entrenado manejo del tercer ojo.
“ ¿Cómo out?” Respondemos al unísono, mientras miramos a la árbitro en búsqueda de la palabra justa.
Sorprendida ante los ocho ojos que la señalaban, volvió a la realidad y cantó “¡Mala!” al tiempo que salía disparada corriendo hacia el fondo de la cancha y señala un inexistente pique fuera. “Es ésta”, y dibuja un circulo con su pie.
“Pero esto es un horror ¿qué clase de arbitro sos?” “No solo no estás atenta sino que cantas y marcas cualquier cosa!” “La pelota fue adentro y te voy a marcar el pique”
Marcela desencajada cruza al lado contrario y señala sin duda alguna el pique a unos 20 cm dentro de la cancha.
En ese momento se acercaron las contrarias “así no se puede jugar; si quieren los puntos, les regalamos el partido”
Y sin más que agregar, se retiraron. Ellas caminando y la árbitro corriendo.
Nos quedamos inmóviles y sin palabras.
“¿Qué hacemos Marce? Esto es realmente un horror… los partidos se ganan en la cancha…. ¿nos equivocamos nosotras?”
“No Loly, las mujeres hacemos tantas cosas que a veces se nos olvidan las más importantes. En este caso el fair play”
Abracé a mi amiga y le propuse “Vamos al SPA a que nos mimen un poco” ¿Que podía agregar ante semejante reflexión?
Estábamos guardando las raquetas cuando se acerca uno de los organizadores “Chicas como fue el resultado?”
“Pone W.O a las dos parejas. Hoy nuestros planetas no estaban alineados” le respondí.
Y nos fuimos sonrientes.
Besotes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario