domingo, 5 de junio de 2011
Qué mixtura!!
Bueno, como ya les conté me fui a las playas uruguayas, a un complejo con canchas de tenis, dispuesta a arrancar el año con todo. Los primeros días no pasaba nada, yo era la “única raquetera” del lugar, como se dice ahora. Así que me dediqué al frontón. Para mi marido y mis hijos, el football es el único deporte, así que no tengo la suerte que tienen algunas amigas de combo completo cuando viajan: marido + raqueta = partido asegurado. Yo llevo mi raqueta a donde sea y me las rebusco. Y siempre engancho a alguien para jugar.
Pero esta vez fue too much. Eramos solo dos mujeres tenistas, una brasileña con su marido y un argentino fanático como yo. Propuse jugar mujeres contra hombres, pero los brasileños no entendieron la onda, y a mi compañero no le gustó nada la propuesta feminista. Así que armamos un desafío internacional, argentinos vs. brasileños. Les aclaro que la pareja era del Norte de Brasil, Alicia y Pitanga y nos costaba mucho entendernos. El portuñol no funcionaba. Pero… qué importaba si en un partido de tenis basta con saber contar y eso lo entendemos en cualquier idioma (primer error). Además les cuento que si bien no soy mixtera, la idea de jugar dobles mixtos me parecía divertidisima! Además yo había pispeado a mi compañero (veterano como yo) peloteando con Pitanga y le pegaba con todo. “Esto no va a salir parejo, los vamos a arrasar” pensé, “después del primer set les voy a sugerir que cambiemos de pareja para que salga mejor”, decidí. Otro error!!.
Lo primero que me dijo mi compañero, mientras yo elongaba para entrar en calor, me dio la pauta de la que se me venía: “Loly, pegate al fondo, cuida tu lugar, arma el tanto que yo defino en la red”. “Y cuando yo saco, pegadita a la red y en todo caso dejala que yo me arreglo”. “Ah, otra cosa, hablemos lo indispensable para no desconcentrarnos”. Bingo. Entré en pánico, nunca juego mixtos, tenía que armar el fondo para que Juan (mi compañero) defina, y cero de confianza a mi volea y desplazamientos de red??
“OK”, fue todo lo que le contesté con seguridad para darle confianza, aunque a mi me la habia mandado al piso.
Se las hago corta? Me maté corriendo por el fondo, y cuando me parecía que se la dejaba en bandeja, me gritaba TUUUYA!. Yo estaba en la otra punta, o en el fondo… y obvio, no llegaba. “Bueno, dale mira la pelota, estate atenta” me decía con tono “vos tenés la culpa”. Chicas les juro que, lo único que hacía, era estar atenta a todo, cuidando el fondo, armando como podía, pero siempre la pelota era MIA, o mejor dicho “TUUUYA LOLY”. El buen hombre corría sin ton ni son a lo ancho de la cancha, paralelito a la red, dejándome mal parada, y para colmo, ante el desacierto me ponía cara de “…jugar con mujeres es como un single con obstáculos…”. En el primer set, ganamos un solo game. Saben por qué? Porque no le dí bolilla y apuré y corrí a la red. Así gané un par de puntos, más una doble falta y una exquisita volea con el marco de Juan. Pero claro, el machito se sintió desplazado y me mandó derechito a clavarme al fondo, total él iba a definir y ganar los puntos. Comprenderán mi estado de ánimo y poco entusiasmo.
Así fue el primero, un clavado 6-1, con los contrarios charlando en portugués, seguramente con algún tonito de gaste. Pensé en intercambiar un par de palabritas con Juancito, pero me abstuve por el bien de los días subsiguientes de vacaciones. Entonces, arrancamos el segundo set, sin cambios.
Estábamos 1 iguales con el saque de Alicia. Pitanga en la red, yo en el fondo esperando recibir el saque y Juan moviéndose a lo loco (hasta a mi me molestaba) tratando de cubrir toda la cancha para “cazar” una bola y definir. Devuelvo la pelota, hay un movimiento extraño y parece que la volea Pitanga al tiempo que grita “pasalo”; yo le pego y le digo “la pase, sigue!”. Pero en eso, levanta la raqueta y empieza a gritar “pásalo” “pásalo”. “La pasamos” le contestamos Juan y yo. ¿Qué pasó?” . Bueno, lo que ocurrió es que no sabemos cómo, pero Pitanga en vez de volear la pelota le pegó a un pájaro, mientras Alicia la devolvía. Ni su esposa se dio cuenta, y menos nosotros, porque vimos el movimiento de volea de Pitanga, la pelota de nuestro lado y seguimos jugando. Cuando paró el partido, nos mostró al pobre pájaro “voleado” en un rincón de la cancha. Ahí aprendí que en portugués pájaro se dice “passaro”. Eso es lo que nos quería decir, “pájaro! pájaro” y no “pásalo” como entendíamos mi compañero y yo.
Que horror, Pitanga se puso re mal. Nos explicó como pudo que es veterinario. Trató de revivir al pájaro, (yo pensé que le iba a hacer respiración boca a boca) pero como no pudo, lo llevó a una clínica.
Nos quedamos duros, nunca me pasó una cosa así.
Pero quieren que les diga la verdad? En el fondo me sentí aliviada por terminar el partido porque ya no me bancaba más las indicaciones de “juan-voleo-saco-perfecto”.
¿Cómo terminó la historia? Alicia y yo jugamos todos los días. Pitanga se deprimió y se dedicó a correr por la playa con Juan.
Esto es insólito, casi como lo de Sharapova cuando jugó en Qatar. (supongo que conocerán la historia, sino se las cuento en otra oportunidad)
El tema del mixto es muy difícil. Los hombres creen que por ser “el sexo fuerte”, tienen necesariamente que jugar mejor que nosotras. ¡no es increíble!.-
Yo pregunto: ¿alguna vez les ocurrió algo por el estilo?, no me refiero a volear a un pobre pajarito, sino a conseguir un coach gratuito que te indica todo lo que no debés hacer para jugar un buen partido de dobles?
Todos los días se aprende algo nuevo.
Hasta la próxima chicas!
Loly, una tenista desesperada.
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