Le conté a mi amiga Marcela Canicka que se hacía el Torneo y se re-entusiasmó. “¡Vamos Loly, va a estar genial!”, me dijo. Ella es divina, positiva y le da lo mismo ganar o perder. “Lo importante es competir”, me dice siempre.
A mí me encanta jugar dobles, pero tengo un gran problema: no se jugar dobles. ¡No sé qué hacer en la cancha! Mis amigas, las buenas (que ganan todo), siempre dicen que para jugar dobles hay que ir a la red: “Tenés que animarte, Loly, es cuestión de práctica. El dobles se juega adelante”. Cuando, con suerte, juego un partidito con ellas, subo como una diosa a la red. Claro que cuando llego la pelota me pasa por al lado. ¡Ay, si solamente me animara a estirar el brazo – que siempre tengo rígido cuando estoy en “ese lugar de la cancha”- seguro que toco la pelota! ¡Pero me da pánico! No-me-a-ni-mo.
Estas son las cosas que me habitualmente me ocurren en la red:
1. Me tiran al cuerpo y no la puedo esquivar. Bah, mejor dicho, la esquivo para que no me pegue (al estilo torero) y es tanto. Tanto para la contraria.
2. La voy buscar con un movimiento perfecto, pero le pego al aire. La pelota pasa a dos centímetros de mi raqueta. Tanto para la contraria.
3. La voy a buscar decidida, cuando la veo cerca de mi raqueta le grito a Marcela: “¡Tuuuya!” (por las dudas: por si no llego). Ella por supuesto esta desparramada para otro lado y no llega ni en patines. Tanto para la contraria.
4. La voy a buscar, impacto a la pelota, pero queda en mis pies; o en la red; o dos metros fuera de la cancha. Tanto para la contraria.
Otras cosas que nos ocurren a Marcela y a mí:
Planificamos subir las dos juntas a la red. Despliegue fenomenal de ambas. Llegamos tarde, las contrarias nos globean y:
a. Nos chocamos y no le pegamos a la pelota.
b. No sabemos quién tiene que correr “ese globo”. Obvio que todo lo que practicamos con el profesor en ese momento ni lo recordamos.
Chicas, si a todo esto le sumo que en un torneo americano se juega al mejor de siete games, no sé cómo voy a hacer para resolver tantas cosas juntas.
Además, tengo otra cosa en contra. Siento que las que ya me conocen saben que yo en la red soy de madera. Y eso me pone más presión, así que ni quise preguntar quiénes se habían anotado en mi categoría.
Marcela quería que juguemos en la categoría “B”, pero yo -por las dudas- nos anoté en la “C”.
¿A alguna de ustedes le pasa lo mismo? ¿Soy yo?
Chicas, últimamente no hay sales, tarot, ni nada que consuele… me queda probar con los pétalos de rosa. Deséenme suerte.
Loly, una tenista desesperada
A mí me encanta jugar dobles, pero tengo un gran problema: no se jugar dobles. ¡No sé qué hacer en la cancha! Mis amigas, las buenas (que ganan todo), siempre dicen que para jugar dobles hay que ir a la red: “Tenés que animarte, Loly, es cuestión de práctica. El dobles se juega adelante”. Cuando, con suerte, juego un partidito con ellas, subo como una diosa a la red. Claro que cuando llego la pelota me pasa por al lado. ¡Ay, si solamente me animara a estirar el brazo – que siempre tengo rígido cuando estoy en “ese lugar de la cancha”- seguro que toco la pelota! ¡Pero me da pánico! No-me-a-ni-mo.
Estas son las cosas que me habitualmente me ocurren en la red:
1. Me tiran al cuerpo y no la puedo esquivar. Bah, mejor dicho, la esquivo para que no me pegue (al estilo torero) y es tanto. Tanto para la contraria.
2. La voy buscar con un movimiento perfecto, pero le pego al aire. La pelota pasa a dos centímetros de mi raqueta. Tanto para la contraria.
3. La voy a buscar decidida, cuando la veo cerca de mi raqueta le grito a Marcela: “¡Tuuuya!” (por las dudas: por si no llego). Ella por supuesto esta desparramada para otro lado y no llega ni en patines. Tanto para la contraria.
4. La voy a buscar, impacto a la pelota, pero queda en mis pies; o en la red; o dos metros fuera de la cancha. Tanto para la contraria.
Otras cosas que nos ocurren a Marcela y a mí:
Planificamos subir las dos juntas a la red. Despliegue fenomenal de ambas. Llegamos tarde, las contrarias nos globean y:
a. Nos chocamos y no le pegamos a la pelota.
b. No sabemos quién tiene que correr “ese globo”. Obvio que todo lo que practicamos con el profesor en ese momento ni lo recordamos.
Chicas, si a todo esto le sumo que en un torneo americano se juega al mejor de siete games, no sé cómo voy a hacer para resolver tantas cosas juntas.
Además, tengo otra cosa en contra. Siento que las que ya me conocen saben que yo en la red soy de madera. Y eso me pone más presión, así que ni quise preguntar quiénes se habían anotado en mi categoría.
Marcela quería que juguemos en la categoría “B”, pero yo -por las dudas- nos anoté en la “C”.
¿A alguna de ustedes le pasa lo mismo? ¿Soy yo?
Chicas, últimamente no hay sales, tarot, ni nada que consuele… me queda probar con los pétalos de rosa. Deséenme suerte.
Loly, una tenista desesperada
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